La transferencia embrionaria consiste en insertar en el útero los embriones generados en el laboratorio con el fin de que se implanten y den paso a un embarazo. Con la ayuda de un catéter fino, y mediante el control ecográfico, la persona médica introducirá el embrión o los embriones en el útero. No requiere anestesia y no provoca dolor.
Visto de una manera resumida, la transferencia embrionaria consiste de los siguientes pasos:
- Limpiar la vagina con suero fisiológico.
- Limpiar el cérvix.
- Aspirar el moco cervical.
- Cargar los embriones en el catéter.
- Introducir el catéter hasta llegar al útero.
- Depositar los embriones en el útero.
- Retirar el catéter.
Es importante revisar y asegurarse de que los embriones no se hayan quedado en el catéter.
La cantidad de embriones que se transferirán depende de la edad de la mujer y de la cantidad de óvulos extraídos. Dado que la tasa de implantación disminuye conforme la edad de la mujer aumenta, se suelen transferir más embriones en estos casos. Excepto en los casos donde se utilizan óvulos de donantes.
Los embriones extra o sobrantes pueden ser congelados y guardados para su uso en el futuro, donados a otra pareja o a facilidades de investigación, o pueden ser descartados.
La transferencia embrionaria puede ser en ciclo natural o en ciclo sustituido. La primera diferencia entre las dos es la forma de llevar a cabo la preparación del endometrio y la capa del interior del útero. En ciclo natural, se aprovechan los estrógenos naturales liberados por los ovarios; mientras que en el ciclo sustituido, es necesario administrar fármacos que provoquen la formación de esos estrógenos.